Tachinidae, moscas peludas, pero útiles...


Los Tachínidos (o Taquínidos) son moscas como cualquier otra, pero se dedican a las flores, y no a la basura, como suelen hacer las que tenemos en casa a diario. Esto porque las moscas adultas se alimentan de polen y/o néctar, de manera que cumplen el rol de polinizadores, incluso reemplazando a las abejas en esta tarea, en lugares en donde éstas no llegan.
Se caracterizan porque tienen fuertes setas ("pelos") por el todo el cuerpo o en parte de él. Es el carácter que más las distingue, y que, por cierto, más las afea.


Se las considera "beneficiosas para el hombre", porque son en su mayoría parásitos de otros insectos, muchos de los cuales son plagas agrícolas. Ponen sus huevos en los nidos o en las larvas de otros insectos, para que se alimenten de ellos.



Es una de las familias de moscas más numerosa en nuestro país, y la segunda con más especies en el mundo. O sea, podemos decir que hay más moscas polinizando flores que en nuestra basura.

Nabis consímilis (Nabidae) Damiselas, pero de las malvadas...

Los Nabis, [en este caso Nabis consimilis Reuter, 1912], son unos insectos de la familia Nabidae,  Sub Orden Heteróptera , Orden Hemíptera,lo que los emparenta directamente con los chinches.

Los Nabis son pequeños insectos predadores, cuya familia está formada por cerca de  500 especies, distribuidas en 20 géneros (Schuh & Slater, 1995).  Los Nábidos se caracterizan por tener su primer par de patas adaptadas para la captura y sujeción de presas (al estilo de las Mantis) . Los Nabis son predadores de pequeños insectos (Lattin, 1989), lo que implica una variada gama de tamaños, que van desde los diminutos pulgones y ácaros, hasta otros casi tan grandes como ellos, las chicharritas. Estas presas, como se puede ver, abarcan gran cantidad de especies que son dañinas para los cultivos, por lo que se los considera como insectos beneficiosos para la agricultura, y por ende, para el hombre.



Se les conoce en otras latitudes como Damiselas, por su delicada apariencia, pues son delgados, sus patas nos parecen poco más que hilos, y son bastante frágiles (a nuestra escala), pero lo cierto es que para los insectos de los que se alimentan son lo que sería un tigre para nosotros.

En su relación directa con los humanos, podríamos decir que son inofensivos, si bien es cierto que nos pueden picar. No es porque se alimenten de humanos, ni porque sean agresivos o adopten una actitud defensiva al tenerlos en nuestras manos. Al contrario, se sienten tan cómodos, que actúan con total desenfado y a veces, sino se han alimentado, pueden buscar las zonas en que nuestra piel es más delgada (ignoro cómo lo saben) y picarnos para sacar algo de sangre o líquidos con los que alimentarse. Pero no son insectos que vayan a vivir de nosotros, como las pulgas. De hecho, si comieran sólo nuestra sangre, morirían. Y para nosotros, el efecto de la picadura es similar al de una pulga: el dolor del pinchazo y un ligero eritema en el punto de la picadura (Faundez & Carvajal, 2014).

Es difícil encontrar ejemplares juveniles, en los primeros estadios de su vida, pero yo tuve ocasión de ver un par de juveniles, ya casi adultos, y también de tenerlos en mi mano sin mayores consecuencias que una pequeña feca que uno me dejó sobre la uña...  :(



Me impresionó encontrar a éste depredando a una pobre chicharrita, que era casi de su tamaño. 



Aunque son parecidos a otros chinches, hay algunas características que nos ayudarán a distinguir un Nabis.
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