Pycnoscelus surinamensis, una inmigrante asiática ilegal.


En nuestro país, hay registradas al menos 23 especies de cucarachas, de las que sólo 3 tienen el molesto hábito de vivir dentro de nuestras casas y edificios, siendo todas "baratas" de origen extranjero, que se han avecindado en nuestro país, como en todo el mundo. Éstas son la Periplaneta americana, la Blatta orientalis y la pequeña Blatella germanica, que suele vivir dentro de nuestros electrodomésticos.
[imagen de la web]
Las otras especies son casi todas endémicas del país, y viven en zonas alejadas del hombre, ocupando un importante lugar en los ambientes naturales en que viven.

No obstante, esto no quiere decir que no puedan llegar nuevas especies. Y eso es lo que hemos encontrado en nuestra ciudad, una especie oriental que, habiéndose distribuido por muchas partes del mundo, ha llegado también a Antofagasta. Se trata de la cucaracha Pycnoscelus surinamensis.

Pycnoscelus surinamensis. Hembra y juvenil
[imagen de la web]
Esta barata es de tamaño medio, alcanzando hasta los 25 mm, bastante menos que la Periplaneta americana, que tanto nos disgusta y a no pocos asusta, cuando tiene la ocurrencia de volar. A diferencia de ella, la P. surinamensis no vuela, aunque tanto machos como hembras tienen alas tan largas como su cuerpo, siendo de un color muy oscuro en los machos y notoriamente más claros en las hembras. Las ninfas (individuos juveniles) de esta cucaracha no poseen alas. Una característica que la hace especial, es que la hembra puede reproducirse sin necesidad de tener un macho, por partenogénesis, aunque los individuos nacidos de esta manera serán todos hembras.

Para cualquier antofagastino, acostumbrado a ver baratas desde niño, es fácil reconocer a esta especie, pues tanto adultos como juveniles se aprecian distintos a las que ya conocemos.
P. surinamenensis macho. Ejemplar encontrado muerto.
P. surinamensis ninfa en estadio avanzado. Ejemplar encontrado muerto.
 Una diferencia fundamental -y no poco importante para nosotros- es que la P. surinamensis no parece interesarse en conocer el interior de nuestras casas, sino que gusta de los lugares en que hay plantas y tierra, bajo la cual se esconde y  permanece, alimentándose de todo tipo de materia en descomposición. Los ejemplares que encontré estaban a unos 7 cm de profundidad, y mostraban una asombrosa habilidad para enterrarse y esconderse.

Ninfas de Pycnoscelus surinamensis capturadas vivas.
Dado lo seco del clima en los alrededores de la ciudad, y su necesidad de lugares húmedos, es difícil que esta cucaracha vaya a propagarse más allá -a mi parecer- como tampoco es probable que, como hacen las otras especies introducidas, vaya a adentrarse en una casa o subir a un edificio.

La verdad, con ese aspecto algo rollizo, hasta las encontré tiernas y sentí simpatía por ellas.

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3 comentarios:

  1. Lindo trabajo el de ir recopilando esta informacion.

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  2. Excelente documento sobre las pycnoscelus, soy muy aficionado a los artrópodos y pues tengo este tipo de cucarachas las cuales pensaba usar como alimento para otros arácnidos pero realmente son tan hermosas con sus alas doradas que las prefiero de ornamento. Realmente no estoy claro al identificar los machos y las hembras. En mi Instagram tengo fotos y videos: marc.forest99. Saludos y gracias.

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  3. Acá en Veracruz centro son cada vez más abundantes… al menos en mi parcela. Las he dejado vivir en paz en el entendido de que son parte importante del ecosistema al ayudar en la descomposición de la materia orgánica, pero hace unos días se hicieron notar. Nunca las había visto volar, pero si vuelan!! Y una noche, la mordida de una de estas me despertó del dolor. No me sangro ni nada, fue un exquisito pellizco. La segunda aparición de una ninfa en mi cama, ya me desquició. Pues no que solo viven en la tierra ? Y no que no vuelan? Y este extraño comportamiento me hizo buscar la identidad de estas cucarachas en internet y encontrarme con su artículo. Enterarme de que son especies invasoras y vectores de nematodos que afectan a las gallinas y que pueden afectar las cosechas es muy desconcertante y preocupante porque ahora no se como controlar su población sin echar químicos tóxicos… Muchos saludos

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