Aunque nos hemos pasado la vida yendo a las playas de Antofagasta, y no sólo en verano, aún así se encuentra uno con sorpresas.
Este pequeño escarabajo es una de esas sorpresas, porque ¿quién se vá a imaginar que debajo de la conchilla sobre la que uno se sentó y corrió toda la vida, andan paseando estos bichitos?
Por cierto que no hacen nada, y no hay que preocuparse de ellos, ya que obviamente buscan las playas donde no hay gente. A nadie le gusta que lo aplasten acostándose encima, por supuesto.
Más llamativos son por abajo, donde su color blanco hace pensar en los huesos de un esqueleto.
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o mejor en este Hebesuca@hotmail.com
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